viernes

Publicado el 1/04/10. Sin título.

Volviendo una y otra vez al mismo punto del que empecé, en la vorágine en la que nada tiene sentido. Han cambiado tantas cosas en tan poco tiempo que mi cerebro ha desconectado de todo para figurarse mero espectador en este espectáculo circense que se está volviendo mi vida. Demasiados cambios demasiado bruscos. Nuevas sensaciones. Nuevos intereses. Nuevas motivaciones. Nuevas reacciones. Nuevos pensamientos.
Todo ello ha provocado un mini-BigBang en mi interior que me ha hecho buscar mi anterior yo, intentar traérlo de vuelta sin resultado y, finalmente, dejarme llevar por la corriente de la novedad. No sé si está bien o si está mal.
Soy distinto. Soy nuevo. Locura de adolescencia. He recuperado amigos. He hecho nuevos. Me he ganado rivales. He conseguido el cielo y me he deshecho de él como de un clinex usado. He querido recuperarlo. Y finalmente he optado por deshacerme de los sentimientos.
Es que ahora todo parece enemigo. Nada cobra verdad. Simplemente soy el espectador de la esquina superior de un cine solitario que observa una película a la que aún tiene que dar el veredicto final. Pero la mira sin ilusión, sin ganas y sin ninguna motivación, porque no comparte lo que hace el actor protagonista, pero que igualmente verá la película porque no tiene nada mejor que hacer. Noo es porque no pueda cambiar las acciones de el protagonista, es que el actor protagonista es malo, y de todas maneras, él sabe que no va ha recibir ningun premio ni va ha ser felicitado; ya que él sabe que no es lo suficientemente bueno para ganarselo, asi que, ¿para qué esforzarse?
Ya lo que venga vendrá. Él sabe que todo es teatro. Las palabras son traicioneras, al igual que todo lo que le rodea. Mero espectáculo. Ya sus sentimientos no le importan. Las sensaciones han desaparecido. Y ya no hay alegría, pero tampoco hay dolor, ni malestar, ni sufrimiento. Solo es un agujero negro.

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