viernes

Anotación B-47

Este ha sido el período de tiempo en que más he pasado, y sin despeinarme. Es extraño ver el papel tan vital que ha tenido el futuro, siendo una noción tan desechable (en mi caso) y yo siendo ta inconsciente de él. La desidia sobre lo que pueda ocurrir ya viene implícita en mi ser desde que soy consciente de que tengo conciencia. Que no todo es cíclico, sino que deriva en un laberinto de múltiples destinos. Sin embargo, me he dado cuenta de que el tiempo es finito, aunque aún no haya podido asimilarlo.
He visto mi rutina morir, para llegar a la deriva a puertos extraños y nuevos en los que buscar una aventura que me haga recordar el motivo de mis pasos. He continuado con mi existencia mientras una estrella fallecía, a pesar de que le quedase mucho por brillar. Los recuerdos se han hecho menos pesados para vivir en un "Carpe Diem" descafeinado. He rozado con las yemas de los dedos nuevos horizontes cuando el juicio me ordenaba que retrocediese, para luego evitar una catástrofe por los pelos (una vez más). Me he quedado sola una y otra vez, y aquí sigo. Más o menos de pie, más o menos indemne. Por ahora.
El preguntarme cuanto va a durar este proceso de invariabilidad de cambios es inútil. A todo esto, lo único que puedo hacer es dejarlo proseguir. Que la naturaleza y el hombre sigan su curso. Tanto lo bueno como lo malo. Y siempre esperar a ver que me depara el mañana.

P.D.: A veces me pregunto porque el ego puebla mis reflexiones, pero es que no puedo escribir sobre lo que no conozco. Mis sensaciones, mis ocurrencias, mis sucesos (Mí, me, conmigo). Soy yo la única capaz de transmitirlos con mis palabras y mi voz (y cada cuál que escuche, que oiga lo que quiera). El hablar de alguien desde este rincón se quedaría obsoleto antes de pronunciar las primeras sílabas.

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